“El invierno duele” Víctor Loyola Valladares:

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Imagínate que estás decepcionado de tu trabajo en el servicio público. Sientes que no hay amor en lo que se hace, que las personas y animales no son prioridad para el sistema. Empiezas a buscarle el sentido a la vida hasta que ves dos perros callejeros peleando por comida, así que decides comprarles alimento y dárselo. Y ahí es cuando una acción tan sencilla te llena de una emoción grandiosa. ¿Parece de película no? Pues eso es lo que vivió Víctor Loyola, el hombre tras la agrupación La Ruta del Abandono.

Melipillano, trabajador social de profesión y parte del equipo de trabajo que inauguró La casa del Padre Demetrio, son algunos de los aspectos que forman parte de la vida de Víctor. Su trabajo entre el sistema privado y público lo ha hecho conocer diversas realidades. Sin embargo, asegura que La Ruta del Abandono fue encontrarle el sentido a la vida, y esta lo premió con Payita, una perrita que encontró una tarde luego de terminar de alimentar perros en la calle. “Yo la iba a dar en adopción, pero se ganó mi corazón y ha sido mi compañera durante todo este tiempo”. Al verla recuperada pensó ¿cuántos perros merecen lo mismo? ¿Y cómo podemos hacer para cambiarles la vida?. Desde 2018, La Ruta del Abandono, grupo independiente sin fines de lucro, ha tenido como misión alimentar y esterilizar a perros callejeros. En esta misma línea, y para que no terminen en esta situación, es que fomentan la tenencia responsable de animales mediante charlas en los colegios. 

Este trabajo les ha permitido generar puentes con instituciones como colegios, carabineros, iglesias, veterinarias, el municipio, farmacias, supermercados y la radio, entre otros. “Parece que la gente necesita ser solidaria y sentir el cariño del resto. Sin duda, esto es el reflejo del compromiso social que existe por parte de nuestros colaboradores”, expone Víctor.

Hoy son 14 voluntarios activos. Gente común y corriente unida por el amor a los animales, ninguno es experto en el tema o tiene estudios profesionales sobre ellos. Pero todos tienen algún perrito rescatado en su casa. “Si alguien tiene ganas de unirse que lo haga, que no se asuste. No queremos grandes conocimientos o habilidades para que sean parte. Solo tienen que hacer lo que ya hacemos”. 

El impacto de su labor en redes sociales ha tenido un gran alcance, pues les ha llegado ayuda de diversos lugares del país. Incluso, en una ocasión les hablaron de San Bernardo y Valdivia para ver si podían replicar su formato y realizar La Ruta del Abandono bajo el nombre del lugar. “Eso es lo que más queremos. Yo no quiero marca registrada, esto no es competencia”. 

En el año 2019 generaron una alianza con la tienda de alimentos para mascotas El Arca, quienes también son amantes de los animales, para que la gente fuera a dejar ahí sus donaciones. “De esta manera empezamos a trabajar el concepto de solidaridad, que no es solo aportar con cosas materiales; sino que también se debe reflejar en las acciones sociales. Además, también nos sirve para maximizar el tiempo, mejorando la logística y distribución de nuestra ayuda”.

Sin embargo, Víctor también ha liderado campañas para ayudar a personas, como “Los mil almuerzos”, la cual comenzó en el año 2020 y se repitió en el año 2021. “Estaba en plena pandemia alimentando unos perritos cuando vi a unas personas en situación de calle a las afueras del cementerio y también pensé en el hambre y frío que debían estar pasando ellos”. Al ver esto, inició la cruzada junto a una amiga, dirigenta de la iglesia católica en Mallarauco, logrando juntar 800 paquetes de arroz en una semana, repartidos de igual manera a 8 ollas comunes de Melipilla. “Nosotros solo pedimos a los organizadores que alimentaran a la gente en situación de calle de los alrededores”. 

Al reflexionar, asegura: “el invierno duele, es lo que más me queda a mí al ver gente en situación de calle. Hay muchas personas que no están listas para esta época del año”. Por lo anterior es que en 2022 volvió a realizar la campaña. “La idea era llegar a 1.000 almuerzos nuevamente, sin embargo logramos 3.000”. Incluso, con todo lo recaudado pudieron llevar mercadería a las familias de los colegios que estaban asociados al PIE y aquellas beneficiarias de los CESFAM, a través de una asistente social. “La campaña iba a durar 14 días, pero duró dos meses”. 

Las ayudas entregadas siempre van con un diagnóstico previo, dado que nunca les ha gustado no saber quiénes van a ser los beneficiarios. En esta línea, asegura que para mantener la confianza de la gente hay que ser responsable.  “Nosotros no recibimos plata; solo el alimento ya comprado”.

El trabajo del movimiento es día a día, pues están en una constante campaña de difusión  para que las personas sigan donando alimentos. Su objetivo es difundir más y más esta cruzada solidaria. “Todos los días estoy haciendo algo para La Ruta del Abandono” comenta Víctor. Y agrega entre risas: “hace seis años que no me tomo vacaciones”.

En lo que respecta al año 2024, ya está evaluando si realizan nuevamente la campaña de los “Mil almuerzos”, comenzando conversaciones con carabineros y la Delegada Presidencial. Además, seguirán con las charlas sobre la prevención del abandono y tenencia responsable de animales en los colegios. “Nuestra idea es seguir creando puentes”.

Finalmente, Víctor invita a las personas a tener constantemente acciones solidarias y una voluntad. “Todos los días debemos ser solidarios, las acciones solidarias y la voluntad son necesarias para cambiar el mundo. Las palabras bonitas van acompañadas de acciones, porque solas no sirven de nada”. 

 

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– Revista Melidatos